El término describe a un movimiento histórico inglés que pretendió reformar bajo la Reina Isabel en los 1560s, una reforma anglicana incompleta. Pues como estaban vocacionados a “purificar” la vida y el culto de la iglesia el nombre puritano les fue imputado, de manera peyorativa y desdeñosa como un movimiento herético. Con el pasar del tiempo, estos grupos reformadores se caracterizaron por 5 marcas que los unían: (1) Eran afanadamente apegados a la Escritura y ayudaron al desarrollo confesional. (2) Eran apasionadamente trinitarios y su objetivo supremo era resaltar la gloria de este Triuno Dios. (3) Daban una especial importancia a reformar la pureza del culto (en contraste con los anglicanos), como también creían que la Escritura dictaba un orden gubernamental de las iglesias. (4) aplicaron las Escrituras para resolver sus conflictos de vida país y, (5) Se enfocaron en la conversión de las almas, exaltaron la predicación del evangelio, y miraron a las Escrituras para desarrollar una cuidadosa descripción de lo que un cristiano debería ser en su vida secreta con Dios y en relación a su familia, iglesia y sociedad. Como ves, el puritanismo al contrario de ser algo negro y legalista, fue vida y avivamiento en la historia. Este movimiento desapareció con el tiempo, a causa del decantamiento de sus razones históricas y teológicas que lo dieron a luz. Hoy no existen los puritanos. Empero no somos puritanos, heredamos la cosmovisión o mente puritana.
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