lunes, 20 de junio de 2022

20 de junio. Deuteronomio 25:17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto

    El ataque cobarde de Amalec, el daño que provocó, así como la salvación del Señor en la batalla, debían ser recordados por el pueblo de Israel. Ellos tenían que tener una correcta interpretación del pasado para obrar adecuadamente en el futuro. No podían tener piedad de Amalec cuando los enfrentaran en batalla, su misión sería borrar su nombre de la faz debajo del cielo, por cuanto no tuvo temor de Dios atacando la retaguardia, cuando se estaba cansado y trabajado, “no lo olvides”.  De igual manera nosotros tenemos que mirar hacia atrás continuamente, recordando nuestras luchas con Satanás, el mundo y la carne, y no olvidar lo que nos han hecho, y cómo el Señor Jesucristo nos ha otorgado victorias pasadas. Debemos fijar nuestra atención en lo implacable de nuestro pecado, usando todas las herramientas a su alcance para destruirnos completamente; no debemos olvidar  la animosidad del diablo para tendernos trampas y tentaciones en orden de devorarnos y separarnos de Dios; debemos recordar todas las consecuencias de nuestras batallas espirituales, tanto negativas como positivas con la ayuda del Señor. 


    ¡Mirad vuestras cicatrices, oh, soldados! No olviden sus grandes caídas, y la ponzoña del pecado en sus vidas. ¡Recordad! Traed al corazón aquellas colosales batallas en contra de su peor enemigo: ¡ustedes mismos! Ved, por cierto, la ayuda que el Señor te ha prestado hasta el día de hoy, en la desgarradora lucha. Él te ha sostenido hasta hoy. Él te ha librado hasta hoy. Nada, ni nadie, es más poderoso que Él. Así como Moisés intercedía por Israel en la batalla, y sus manos levantadas hacían prevalecer a Jacob contra Amalec, Jesucristo intercede por tus luchas, y su medicación es la causa eficiente de tu victoria. Solo tienes que mirar al monte de la intercesión para que con fe y confianza sigas contendiendo, hasta que hayas exterminado a tu despiadado enemigo. 


Preguntas de Reflexión: 


Contempla tu vida, ¿Cuáles son aquellas grandes cicatrices que ha dejado el pecado en ti?; ¿cuál es el propósito de Satanás en tentarte con el mundo usando tu pecado interior?; ¿De qué manera puedes cumplir el mandado de exterminar a Amalec en tu propia vida?; ¿Cómo se relaciona la persona de Jesucristo en tus batallas espirituales pasadas, presentes y futuras?  


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