Las palabra de Dios nos enseña de donde proviene el pecado, del corazón. El corazón es engañoso, audaz, astuto para mentirnos y llevarnos por el camino torcido. Nos plantea ilusiones atractivas, caminos que parecen de vida y felicidad, pero su fin es muerte, desierto y soledad. Nos llega a cegar de tal forma que cauteriza y endurece nuestra conciencia al punto de decir “tendré paz aunque ande en la dureza de mi corazón”. ¡Ay! ¡Cuan engañoso y perverso es el corazón más que todas las cosas! ¿quién conocerá sus profundidades? El Señor también describe el pecado como ceguera, sordera y necedad (vs. 4). Ceguera pues no podemos ver la gloria de Dios y somos incapaces de disfrutarla; sordera, porque no escuchamos la palabra de Dios, sino antes bien, la palabra de nuestro corazón (sabiduría, deseos y anhelos); y necedad porque no entendemos el camino eterno y nos entregamos a la vanidad. La raíz misma del pecado es dejar a Dios y servir a ídolos. Entonces ¿cuál es la forma de desechar los caminos del corazón y seguir los de Dios? “Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender” (vs. 4) ¡es un don de la gracia de Dios ser capaces de rechazar a nuestro corazón y abrazar los caminos de Dios! Pero como diría Thomas Chalmers, el único método que tenemos para expulsar los deseos mundanos del corazón es permanecer en el amor de Dios. Por eso la Biblia habla en términos de ver, oír y entender. Mientras más permanezcamos en la palabra de Dios y la oración, gustando de Dios mismo, viendo su gloria, escuchando su palabra, y entendiendo su voluntad, podremos ser llenos de un nuevo afecto que expulsará el afecto anterior por lo mundanal y pecaminoso.
Preguntas de reflexión
¿Qué ofertas engañosas puedes identificar que tu corazón te ha sugerido en el último tiempo? ¿cómo puedes prácticamente luchar en contra de los deseos de tu corazón? si ver, oír y entender son dones de Dios, ¿cómo deberíamos orar? ¿Por qué es inútil inhibir y auto-imponernos reglas externas para expulsar el deseo pecaminoso en lugar de llenar el corazón con afectos por Dios?
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