Los israelitas, una vez que hubieran entrado a Canaán debían traer las primicias del fruto de la tierra prometida ante la presencia de Dios, y luego de traída su ofrenda debían dar una “declaración”, recordando, reconociendo, y alabando a Dios. El discurso comenzaría trayendo al corazón su origen, de donde vinieron: “un arameo a punto de morir fue mi padre que descendió a Egipto, y eran pocos”, seguiría incluyendo su debilidad pasada como extranjeros, su miseria, y el sufrimiento en Egipto (vs. 6), que Jehová oyó su clamor, que los amó y los redimió de su esclavitud (vs. 7-8), y que donde estaban ahora y todo lo que tenían fue solamente por la misericordia y gracia de Dios (9-10). Terminarían dejando su ofrenda y adorando el nombre de su Soberano. ¡Que preciosa imagen!
Oh, Cristiano, toma un momento ante la presencia de Dios recordando de dónde has salido, el origen de tus antepasados. Contempla, además, tu esclavitud a Satanás y a tu pecado y como fuiste oprimido. Medita en tus sufrimientos y aflicciones, por todo el camino que tu Dios te ha traído hasta el día de hoy. Reflexiona como tu Padre ha oído cada oración que has elevado en tu dolor. Trae al corazón el día y la época en que fuiste Redimido y tus cadenas de bronce cayeron ante tus ojos por la obra de Jesucristo. Ahora, bendito de tu Padre, mira lo que Dios te ha dado, sus dones hasta día de hoy y reconoce que todo lo que eres y tienes es por la gracia de Dios. ¡Adórale, reconócele, ámale! Di: “Soberano Señor, yo soy de tu exclusiva posesión y solo me has dado bien, solo me has dado bendición, he mirado toda mi vida y alabo tu administración para conmigo, nada ha sido en vano Padre, te amo y te reconozco”. Recuerda el pacto, que él es tu Dios y tú eres su hijo, renueva tus votos de andar en sus caminos, amarle y adorarle todos los días de tu vida (ver versículos 17-18).
Preguntas de reflexión.
Toma un tiempo para meditar en cada cosa descrita en el párrafo anterior: tu origen, tu esclavitud al pecado, tus sufrimientos, tu redención, los dones de Dios, y tu vida el día de hoy ¿Cuál es la respuesta adecuada?
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