martes, 2 de agosto de 2022

2 de agosto. Jeremías 29:11. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.

    Nuestro soberano gobierna todos los sucesos de nuestra vida, “en tu mano están mis tiempos”. Él sabe por lo que hemos atravesado, nuestras luchas y temores, nuestros sueños y anhelos; la emoción más íntima que se abriga en el seno, aun sin expresarla resuena en sus oídos. “Porque yo sé”, dice el Señor. Nuestra vida no está a la ventura, ni la gobierna el azar de condiciones fortuitas, nuestra vida está en sus manos. La vida de los israelitas lo demostró pues fue el Señor quien los llevó a Babilonia, y no Nabucodonosor; él los haría estar setenta años, y no pocos, como decían los falsos profetas; él los visitaría y los restauraría en el tiempo señalado de su decreto eterno y no antes. ¡Dios es soberano! ¡Dios tiene un plan para tu vida! Y ese pensamiento será ejecutado en el tiempo de Dios y no en el tuyo. Ciertamente, podemos confiar que este plan es de bien para los que conocen a Dios, “pensamientos de paz y no de mal”. ¿y qué es la paz? ¿Una vida de lujos, salud, y comodidad? ¿meramente volver de la cautividad? Los versículos posteriores nos enseñan que la paz, que está en el propósito divino para nosotros, consiste en tener su favor y estar en comunión con él: “seré hallado por vosotros”, dice Jehová. Buscar a Dios con todo el corazón es un don de Dios; consiguientemente hallarlo es su bendición suprema. Su enojo no perdura para siempre por nuestros pecados, ya que estos han sido lavados por nuestro salvador Jesucristo, ahora tenemos paz para con Dios y acceso con confianza a esta gracia. El plan de Dios para nuestras vidas, consiste por cierto, en eventos específicos de bienestar, sin embargo su plan supremo es conocerle a él y a Jesucristo. ¿Estás experimentando el cumplimiento de su decreto eterno en tu vida? 

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