La curiosamente titulada Concise Reformed Dogmatics de J. van Genderen y WH Velema, se ha
convertido en unas de mis (dogmáticas) preferidas (mencionó curiosamente titulada, ya que tiene
su peso, por las 922 (940) páginas- aunque tiene unas dos mil (2.000) páginas menos que la
Bavinck’s Reformed Dogmatics), estaba en relectura de alguna de las porciones de su capítulo
referente a la Santa Escritura y aprecio la forma en que es descrita la adecuada relación entre
Escritura-Tradición.
“[La] canonización de las Escrituras implica el trazado, de parte de la Iglesia, de una línea pura y
clara de diferenciación entre el tiempo de los Apóstoles y la era de la Iglesia. El establecimiento del
canon involucra, que en el futuro, otras tradiciones, que no documentaron los Apóstoles, no se
hicieran normativa. Cabe señalar, que esto implica también que las diversas tradiciones debieron
evaluarse sobre la base de la norma de las Sagradas Escrituras.
A pesar de lo anterior, el grado de suficiencia de las Escrituras no significa que todas las
tradiciones deben considerarse sin propósito/inútiles. Las iglesias de la Reforma reconocen
también elementos que son parte de las tradiciones. Sin embargo, dichos elementos no son
normas para la fe y la vida, aunque digamos que pudieren ser expresiones de fe o formas en que
las personas exteriorizan su respuesta/sentimiento a la Palabra de Dios. En este mero sentido, las
tradiciones tienen un propósito y son necesarias. Concordamos con lo que señala Bavinck que la tradición es el medio por el cual todos los tesoros y posesiones de nuestros antepasados se
transmiten al presente y al futuro (cf. R.D., 1:492–94). Existe, ciertamente, una tradición
reformada muy variopinta. Es decir, existe una tradición en nuestra manera de confesar, en
nuestros actos de adoración, en la predicación, en la teología, en la literatura de la devoción, lo
cual todo lo nutren las Sagradas Escrituras. A pesar de esto, nunca podremos adoptar
definitivamente una de estas tradiciones, sin importar cuán familiar y bien amada nos sea. La
corriente de la tradición siempre deberá llevarnos de regreso a la fuente que es normativa y esa
fuente es: la Sagrada Escritura. Las tradiciones resultan peligrosas cuando se traducen de formas a
normas. Lo anterior, le podría suceder a opiniones previamente establecidas, así como a puntos de
vista modernos y provocativos. Pag. 104–105”
Mi única corrección es; mejor referirse en términos de normas falibles “normadas” (Tradición) y de
infalibles “La norma” (Escritura). Tradiciones tienen una normativa de calidad, pero solamente en
forma subordinada, cuenta con una función ministerial en lugar de magisterial.
Es Profesor Adjunto de Antiguo Testamento en Mid-America Reformed Seminary en Dyer, IN y es
un ministro en las Iglesias Reformadas Unidas de América del Norte (URCNA). Algunos de sus
estudios son: B.A. Music. Dordt College, Sioux Center, IA. (2000) M.Div, Westminster Seminary
California, Escondido, CA. (2007) M.A., Near Eastern Languages and Cultures. University of
California, Los Angeles. (2011). La especialidad académica de Andrew es el estudios del Antiguo
Testamento y de igual forma tiene intereses de investigación en la hermenéutica y la doctrina de
la Escritura. Debido a su formación en estas áreas, él también está interesado en la historia del
Antiguo Testamento, la arqueología, la poesía hebrea e inscripciones semíticas del noroeste.
También es activo en su trabajo pastoral haciendo asesoramiento bíblico (pastoral).
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