viernes, 2 de septiembre de 2016

Sobre el neocalvinismo y la redención del cosmos (Evangelismo)



En poco tiempo he escuchado mucho contenido acerca de la 'missio Dei' y la 'redención del todo (Gr. cosmos)'Ambos conceptos íntimamente conectados  (aparentemente), parecerían exigir una respuesta del creyente. ¿Cómo debería el creyente involucrarse en la misión de Dios considerando que el reunirá todas las cosas en Cristo? Si todas las cosas incluyen conceptos como 'el ecosistema', 'la cultura' y 'entidades sociales' etc, ¿cómo el creyente participa en su redención? ¿Cómo evangelizamos desde la visión de este lado del prisma? 

John M. Frame en su artículo "The Amsterdam Phylosophy a preliminary critique" aborda sucintamente esta cuestión con distinciones cruciales que muchos ignoran. A pesar de no ser un exhaustivo estudio del tema, sí nos da un acercamiento bíblico del mismo. Pienso en el nuevo testamento y su énfasis, si bien la redención de las almas no es obviamente el todo de la misión de Dios, el énfasis es cristalino. Debemos cuidarnos de eclipsar el evangelio y la obra de Cristo en las almas de los creyentes (gracia particular), al enfatizar la teoría neocalvinista de la gracia común; esto es, que el cosmos con todo su potencial es redimido por Cristo como mediador de la creación. Esta concepción da una visión optimista de la cultura y el mundo, al igual que el Panteísmo clásico; paralelamente el descuido de enseñanzas como el pecado, el arrepentimiento y la regeneración fueron históricamente oscurecidas por la brillantez de 'la redención del todo', y por esto, la mundanalidad y el secularismo invadieron la iglesia. 
El extracto de J. M. Frame nos presenta claras distinciones por hacer:


"La filosofía de Ámsterdam amplía […] desde que el corazón del hombre es el “punto de concentración” de todo el cosmos temporal, dice Dooyerweerd, la caída del hombre en pecado “implica la apostasía de todo el mundo temporal” [1] Por lo tanto, no sólo el hombre, sino que todo el mundo está de alguna manera involucrado en el pecado: rocas, árboles, ríos; y entidades corporativas, especialmente humanos, como las familias, escuelas, gobiernos, etc.

Si entonces, el pecado se extiende sobre todas estas entidades, la redención también. Y si la redención también, entonces el argumento sigue, el evangelismo también debe. Es decir, la evangelización no debe limitarse a ser la predicación de las buenas nuevas a los individuos, sino que debe incluir también la reestructuración de las instituciones sociales. Incluso debe incluir el “sometimiento de la tierra” mencionada en el “mandato cultural” de Génesis 1:28, ya que debe involucrar la remoción de los efectos del pecado en la creación. ¿Y no dice Colosenses 1:20 que Cristo “reconciliará consigo todas las cosas”?
Nos parece, sin embargo, que la filosofía Ámsterdam ha fallado aquí para hacer ciertas distinciones cruciales. Sin duda, el pecado del hombre afecta a toda la creación; La Escritura lo dice muchas veces, en muchos sentidos. Pero hay una diferencia importante entre el “pecado en sí” y los “efectos del pecado”. El pecado es una categoría “exclusivamente personal”. Sólo una persona puede pecar. Sólo una persona puede desobedecer una ley de Dios; Sólo una persona puede odiar a su creador; Sólo una persona puede rebelarse contra su Señor. Un árbol puede verse afectado por el pecado, pero no puede pecar. Espinos y cardos pueden arruinar un jardín, como la maldición de Dios sobre el pecado del hombre, pero esas espinas y cardos no son pecadoras [2].
Lo mismo puede decirse de las instituciones sociales. Un sindicato puede verse afectado por los pecados de sus miembros; pero la unión no será por lo tanto, un pecador. Ahora, justo como el pecado es una categoría exclusivamente personal, de la misma forma lo son la fe y el arrepentimiento. Un árbol, o piedra no se pueden arrepentir; solo una persona puede. Un sindicato, o escuela cristiana, no puede “creer en Cristo”; solo una persona puede.


Mantenemos, por lo tanto, que el evangelismo, también, es una categoría exclusivamente personal; el evangelismo es esencialmente el llamado a las personas a arrepentirse de sus pecados y creer en Cristo. Sin duda, la "redención" en un sentido más amplio incluye otros elementos además de la evangelización. El Nuevo Testamento, sin embargo, pone todo su énfasis en la exhortación de las personas a la fe en Cristo. Actividades culturales normales, de acuerdo con I Corintios 9, por ejemplo, deben venir después de la predicación del Evangelio, debido a la urgencia de la situación del hombre y, más fundamentalmente, a causa de una prioridad divinamente ordenada.

Es más peligroso, creemos, que para ampliar los conceptos de "pecado" “arrepentimiento", "fe"," y "evangelización" su enfoque personal deba perderse. Si el "pecado", por ejemplo, se convierte en algo menos que desobediencia personal, odio, rebelión; si se hace una especie de desorden general en el mundo como tal; entonces, eso no es lo que la Escritura dice que es. En el lenguaje de Cornelius Van Til, el pecado es "ético" no "metafísico". Es una actitud personal del corazón, no meramente una debilidad de constitución. Si el "pecado" y los otros términos se ampliaron para incluir todo el universo, entonces el Evangelio de Cristo se perderá en la verborrea. Creemos, que hay al menos una tendencia en esta dirección en la filosofía de Ámsterdam."
[1] Dooyeweerd, Twilight, 124.
[2] Spier, indeed, makes these very distinctions, Introduction, 119ff. We feel, however, that the movement as a whole forgets them at times.

Articulo original: The Amsterdam Phylosophy a preliminary critique - John M. Frame. 1972. Extracto traducido por: Cristián Gangas D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario