12 de septiembre. Ezequiel 15:2-4 “¿Qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? … ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿tomarán de ella estaca para colgar en ella alguna cosa? He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida.”
La vid que no produce fruto no sirve ni para la construcción, ni para la estaca, solo es útil para una cosa: ser echada en el fuego; ella es inútil, y por su esterilidad, su único fin es ser cortada y quemada. Así son los moradores de Jerusalén, dice el Señor. Jehová los plantó, los guardó, cercó vallado y esperó que su pueblo produjera uvas, sin embargo, han producido uvas silvestres (Isa 5:1-8). “Convertiré la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron prevaricación” (vs. 8), literalmente “cometieron traicioneramente una traición”, solo se traiciona a un amigo o a un marido, no a un desconocido; lo que habla de la relación amorosa de Pacto que había entre el Señor y su vid, él fue su buen jardinero y labrador, que la cuidó y le dio los privilegios de ser suya, pero la vid no produjo fruto y por consiguiente es inútil y debe ser destruida en fuego. Examinemos nuestra vida a la luz de esto ¿estoy produciendo fruto o hay esterilidad en mi vida? ¿cuál es el fin de la inutilidad? Juan el bautista dijo “todo árbol que no produce fruto es cortado y echado al fuego”. Dios me ha llenado de privilegios al ponerme en un hogar cristiano, o en una iglesia bíblica; ha puesto su palabra en mis manos y me ha dado las bendiciones de pertenecer a la iglesia visible ¿produciré uvas silvestres? ¿traicionaré a mi padre? ¿seré inútil en su reino? ¿seré una vid sin frutos en la viña de mi Señor? No desprecies lo que Dios te ha dado o tu castigo será mucho peor.
Jesucristo dijo “yo soy la vid verdadera, mi Padre es el labrador y vosotros los pampanos”. Cristo es la vid del Padre que produce mucho fruto, él es el verdadero Israel, que el pueblo del antiguo testamento nunca fue. Y nosotros somos sus pampanos, que permaneciendo en él solamente llevamos fruto. Hay una idea similar de lo que estamos hablando en Juan 15:6 “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden”. La fuente de la esterilidad se encuentra en estar alejado de Cristo, en no vivir por fe, y no relacionarme con Jesús; esto solo producirá sequedad y al fin, fuego del castigo. Pero hay algunos que tienen fruto, porque están en Jesús, y otros que tienen poco; deben ser limpiados por el labrador para que lleven más. ¡Cristiano! Permanece en Jesús para que seas una vid útil y fructífera. Si tienes fruto ¡no es por ti mismo! El pampano no lleva fruto solo, sino porque está unido a la vid. Todo lo que puedes producir es por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, extiéndete al Padre para ser limpiado, y llevar más fruto. Permanece en Jesús y que sus palabras permanezcan en ti, entonces llevarás fruto, serás útil, y tu fin no será el fuego.